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Revista INTERACCION
No. 22
Créditos
| Carta de CEDAL a los Lectores | Indice:
Revista No. 22
Odisea Creativa
EL SAFARI
Por: Natalia Rivera
Era una soleada mañana de mayo del año
2415, Felipa se encontraba recostada en su cama esperando a Petunia, su
robot encargada del desayuno y todo lo doméstico. A las 10:15 de
la mañana apareció por fin, traía unas píldoras
de naranja y unas de huevos revueltos de cebolla y tomate. Tras el rico
desayuno Felipa se dirigió a su trabajo en el centro de la ciudad,
el viaje no duró más de 5 min, pues su nave xz-w88 estaba
nueva y era muy veloz. Felipa estaba muy feliz, pues tenía unos
clientes muy importantes que venían de Júpiter y querían
viajar al África. Al entrar en su oficina pipa, como solían
llamarla sus amigos, encontró un grupo de tres mujeres y cuatro
hombres, quienes estaban muy simpáticos y elegantes. Hubo una larga
reunión esa mañana, pero al final todo estaba arreglado,
se irían todos de safari a Nairobi en África. Esa tarde
pipa arregló sus cosas en casa, dejando a Petunia encargada hasta
de las mascotas, cinco kastyws que un ex novio le había traído
de un viaje a Marte.
Esa misma noche, partieron a la base aérea
de Bogotá, allí los esperaba un jet x-980, uno de los más
veloces del continente. Felipa y Alex habían congeniado muy bien,
por eso se sentaron juntos en la nave. El resto de los clientes estaban
muy emocionados por el viaje, por lo que se pusieron las gafas de vídeo,
donde disfrutaron de África en tercera dimensión. Felipa
le contó todo sobre su vida a Alex y lo impresionada que estaba
de los cambios tecnológicos que su país había tenido
en los últimos tiempos. Así llegaron a Miami, EE.UU, donde
hicieron escala por una hora. La ciudad, como siempre, tan moderna, con
sus luces de neón y sus naves llenas de familias felices, que recorren
los modernos centros recreativos acuáticos y terrestres. Felipa
y sus amigos hicieron compras y regresaron al jet. El viaje a Nairobi
tardó 20 min. Al llegar, dejaron sus paquetes y se dirigieron a
la selva, la cual llena de estructuras en movimiento, animales adiestrados
los cuales dirigían el safari y se comunicaban entre sí
por ondas, dejaron a los turistas impresionados. Mark, uno de los turistas
quien jamás había visto algo así estaba tan impresionado
que tras las advertencias de no tocar a los animales, ni salirse de la
nave que los transportaba, trató de tocar a un piwy, que lo mordió
y este murió instantáneamente. Aterrorizados salieron corriendo
por la selva, Felipa les advertía que era peligroso, pero el terror
no los dejaba entender. Así tras la persecución de animales
feroces, uno tras otro fueron cayendo destrozados por las fauces de los
monstruos que allí habitaban. Felipa quien pudo esconderse dentro
de una cueva de aluminio, vio como un jaxxy degollaba a su eterno amor
Alex, quien jamás lo supo. Al caer la noche, Felipa regresó
en silencio a la base de Nairobi donde la esperaba un jet que la llevó
de regreso a la ciudad. Allí sólo recordaba, pero sabía
que había cumplido su misión, la de alimentar a las fieras
con inocentes turistas, quienes viajaban sin retorno gracias a ella.
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